sábado, 5 de julio de 2008

En Notas De Clavel




La lumbre se pierde en el pastizal de los sueños

donde dejé en un suspiro todo el silencio del mundo,
ese silencio que es adoración de vida y muerte.


Me estremece esa voz que zumba livianos ecos
que traen en notas de clavel el beso de mi padre,
y los recuerdos de mis últimos días entre sus manos.
Qué pacientes melodías eran las que su boca ya no hablaba...
Cómo entendía yo su silencio....
No hubo azules que pronunciar ni gotas desperdiciadas,
todo lo habitaba su mirar, y su silencio.


Hoy profeso la voz de esas noches que son trípode
de todas las estrellas y de todos los planetas;
en ellas no tengo boca ni lengua ni ofensa,
soy solo plenitud en el cáliz de las almas,
vorágine avasallante del estruendo sordo
que provocan los latidos de mi amor en lo infinito.


Dejo correr mi nostalgia por los prados más dulces,
como si fuesen doseles,
van mis besos al viento de los espíritus,
como si a esa mudes ancestral de inciensos calmos
abandonara mis más valiosos dones,
para hablarles en su idioma, idioma de tumba,
donde no hace falta regar el fieltro de la tierra
ni llorar la lágrima desgastada e inútil
para que aún huela a yerba de la mañana...
...no para ellos,
no para ti. Para ti, padre,
solo el silencio,
y mis ojos en tus ojos.

Norma Duch Roveri